Para concretar un proyecto inmobiliario con éxito y en los tiempos pactados, el trabajo de este profesional es imprescindible. Conoce aquí más de su perfil.
El Project Management (PM) es una especialidad presente en muchas de las actividades profesionales hoy en día, y su propósito es el de sacar adelante cualquier tipo de proyecto de la manera más efectiva posible; esto es, maximizando los recursos que emplea, tanto a corto como a mediano plazo.
En un proyecto inmobiliario, un PM es una pieza importante pues les da orden y estructura a los proyectos, garantizando el seguimiento en todas sus etapas. Además, asegura la adaptación del proyecto a los cambios repentinos en el mercado, lo cual a su vez permite un adecuado control de riesgos.
El PM también se encarga de aspectos tan importantes como la alineación del proyecto con los objetivos del negocio, para que no haya contradicciones ni vacíos entre ambos; y la estandarización de los procesos, poniéndolos en el mismo plano y facilitar así el intercambio de recursos, información, herramientas y metodologías.
Razones para contar con un PM
El trabajo de los PM en un proyecto inmobiliario tiene como objetivo principal generar confianza en sus clientes a través de todas las fases del proyecto: prediseño, diseño, oferta, construcción y ocupación.
Teniendo en cuenta ello, los cinco aspectos clave que deben tenerse en cuenta para considerar su contratación en un proyecto de estas características, son las siguientes:
Primero: el conocimiento del mercado local
Un PM debe manejar un conocimiento amplio y detallado del mercado local inmobiliario. Debe conocer, sobre todo, las tendencias y los vaivenes económicos y políticos que, en la coyuntura actual, lo afectan.
Asimismo, debe tener un buen conocimiento del producto, y contar con experiencia de trabajo y análisis técnico administrativo en la mayoría de edificios de Clase A en Lima. Finalmente, debe poseer contactos y experiencia de trabajo con los principales landlords del mercado local.
Hay que destacar que el hecho de conocer el producto nos permite un mayor manejo de requisitos y costos, lo que supone un gran valor agregado de consultoría para los clientes que están en la etapa de shortlist.
Segundo: El “One Stop Shop”.
Una de las premisas del trabajo del PM es gestionar de la mejor manera los tiempos del proyecto, para hacerlo más eficiente y entregar resultados con la mayor puntualidad posible de acuerdo al cronograma establecido. Y si es posible antes, mucho mejor.
Por esa razón, debe realizar un trabajo integrado con las áreas de brokerage o corretaje, lo cual le va a permitir, mediante un rápido proceso de levantamiento de necesidades realizado por ambas áreas, acortar el cronograma integral del proyecto hasta en cuatro semanas.
Tercero: Ahorros monetarios
Como hemos visto, otra de las finalidades del trabajo del PM es maximizar los recursos del proyecto, buscando en lo posible un ahorro en ellos. Una forma de conseguirlo es mediante una homologación de planos y aportes de ingeniería de valor, con lo cual se puede ahorrar hasta un 25% del valor del proyecto.
Por otro lado, mediante la homologación de planos y la validación de un alcance correcto de ellos, se puede controlar los gastos adicionales en las obras.
Cuarto: Cumplimiento de tiempos y costos
Como ya lo habíamos mencionado, con la contratación de un PM se garantiza el cumplimiento de los tiempos establecidos en el proyecto. Esto cobra mayor importancia, sobre todo, si este se entrega no solo dentro de los plazos, sino también cumpliendo con el presupuesto asignado.
Quinto: Cliente en Core de negocio
Al momento de llevar a cabo un cambio, una mudanza o una remodelación en un proyecto inmobiliario, ello implica una serie de modificaciones y reajustes que generan un trabajo adicional en el seguimiento del proyecto.
Mediante la contratación de un PM, el cliente tendrá la seguridad de que se puede seguir dedicando a su Core de Negocio, mientras los especialistas se dedican a sacar el proyecto adelante con la calidad, tiempo y costos necesarios